Hoy en día, en un mundo cada vez más globalizado y sobre todo conectado, el inglés se ha convertido en una de las principales herramientas para la comunicación en todo tipo de actividades, no solo a nivel individual sino que también a nivel país.
Aprender un segundo idioma durante la primera infancia, no sólo les entrega a los niños la oportunidad de comenzar el aprendizaje y familiarización del idioma desde muy pequeños, sino que además genera beneficios en el niño que repercutirán de manera muy positiva, entre los cuales se pueden destacar los siguientes:
Mayor desarrollo cognitivo
Mejor capacidad de comunicación.
La mente se vuelve más flexible y creativa.
Mejoran las habilidades de resolución de problemas.
Rapidez mental.
Mejor concentración y atención selectiva.
Existen varios estudios y teorías que confirman la importancia de aprender inglés en la primera infancia, por ejemplo la tesis postulada por Wilder Penfield llamada“Método de la madre” que hace referencia a la enseñanza y aprendizaje de segundos idiomas en los niños. Este autor afirma que al estimular la escucha y el uso de palabras en un nuevo idioma, se producen cambios a nivel de corteza cerebral que facilitan la posterior adquisición de este y, lo que es más importante, su uso en forma natural, al igual que el idioma materno.