Aunque los chicos tienen una capacidad innata natural para aprender cualquier idioma extranjero, no lo aprenden bien si encuentran las clases aburridas, como suele ocurrir en muchas academias de inglés. En la actualidad, diversos enfoques y estudios en psicopedagogía coinciden en señalar que los niños aprenden mejor a través de juegos y actividades que les resulten interesantes. Las diferentes actividades basadas en juegos permiten atender aspectos importantes para el desarrollo cognitivo del niño, como: la participación en clases, impulsar la creatividad y originalidad, la creación de un comportamiento en clase.
En The Red Apple School aplicamos la práctica del juego como herramienta de aprendizaje, proyectando sus valores afectivos, sociales, cognitivos y lingüísticos; porque sabemos que jugar es la mejor manera de aprender inglés. No se trata de jugar para distender; sino del juego como actividad social de enseñanza, como elemento movilizador, detrás de cada juego siempre hay un objetivo didáctico relacionado a una enseñanza específica.
Incorporar el juego en la enseñanza de idiomas, brinda los siguientes beneficios:
Los chicos están más motivados y estimulados en la clase.
Los juegos y los materiales didácticos aumentan el nivel de implicación y concentración de los niños.
El juego como actividad en clase nos sirve para enriquecer el vocabulario de nuestros alumnos o para mejorar su gramática y la acentuación. Es más los juegos disminuyen el filtro afectivo, fomentan un uso creativo y espontáneo de la lengua, promocionan la competencia comunicativa, motivan a los chicos a expresarse.
Resultan muy valiosos para fomentar el trabajo en equipo, para favorecer la sociabilidad del alumno y para desarrollar su capacidad creativa y comunicativa.
Los juegos constructivos son motivadores y divertidos, proporcionan una excelente práctica para mejorar la pronunciación, la gramática.
A través de los juegos, los chicos incrementan la seguridad y confianza en sí mismos.